
Ansiosa e intrigada andaba la Parca, pues por ninguna parte, señal de la creatividad mexicana hallaba.
En los parques, plazas y calles, algún destello de su esencia encontraba, pero en la innovación para dar solución a los grandes problemas nacionales, poco de ella se topaba.
En el país de grandes creativos y creaciones, ubicar nada o poco de su mano en temas que de ella necesitaban, ya preocupaba. De seguro tan solo detrás de los millones, premios y fama, la creatividad andaba pensó la Parca.
Angustiada, animó a los mexicanos a localizarla, pues de confiarse solo de merolicos y vendedores de esperanza, poco del país de los multicolores y sabores, en pie descubriría en su próxima llegada, para quedarse sin nadie que llevarse a las puertas del Mictlán, de una sola andada.